Bruce lee, considerado el padre de las artes marciales mixtas, fundador del jeet Kune do, también tuvo mucha afición por el baile y fue herramienta que sus familiares encontraron para que encamine de mejor manera su vida cuando entraba en la adolescencia.
El Dragón en la pista de baile
Ya en la secundaria, uno de sus mayores gustos era dedicar tiempo a aprender y bailar muy bien; el se hace tiempo para asistir a cursos de baile y respetar su entrenamiento en kung fu. Tal es así que Lee llega a campeonar en 1958 bailando Cha-cha en Hong Kong. Prueba de su gran afición por el baile era una libreta en la que llegó a documentar 108 diferentes pasos de cha-cha. Esos años en que tenía una marcado gusto por los bailes «ballroom», en los que encontraban Waltz, Tango, Vals Vienés, Foxtrot y quickstep.
Su primer empleo como instructor de baile
Por problemas de contínuos conflictos y conversaciones con detectives de policía con el padre de Bruce, la familia Lee decide enviar a Bruce a Los Estados Unidos junto con su hermana Agnes Lee.
En su viaje de Hong Kong a San Francisco logra su pasaje en primera clase a cambio de clases de Cha-cha para los pasajeros. Bruce Lee llega a San Francisco en 1959 y su primer trabajo fue de instructor de baile «Ballroom». Después de un tiempo viaja y se establece en Seattle, donde siempre encuentra tiempo para seguir practicando su pasión por el baile.
Sin lugar a duda Bruce tiene como complemento el baile y aprovecha temas de la danza relacionadas a el manejo del balance y equilibrio, fuerzas de torque en cambios de posición, percepción del ambiente, espacio, así como manipulación de movmientos de la pareja, roles de líder y seguidor que tienen mucho que ver con las técnicas de artes marciales