Normalmente me tensa mucho el tráfico, por lo que elegí tomar un vuelo a primera hora de la mañana para poder manejar al aeropuerto de madrugada.
Todo bien, pero desde la entrada a los counters me percaté que todos los empleados estaban con mascarillas. Mi primera impresión: ¡qué preparados que estamos!
Vi también que muchos de los pasajeros estaban con las mascarillas. Me acerque al counter para mi chequeo y vi que las perdonas que me atendían tenían mascarillas más sofisticadas, con con círculos pequeños delante de la boca. La atendión fue normal, pero la sensación diferente.
Me sentía como si estuviera en un campo de concentración nazi. Mi mente sabía que no era así, pero se tenía la sensación de estar seriamente infectado sin ninguna probabilidad de vida.
La sensación fue tan extraña que me impulsó a escribir este post usando mi teléfono celular.
Generalmente las ve es que viajó me pongo a navegar, me acuerdo que siempre criticaba de que muchos turistas siempre tenían un libro en la mano en iban leyendo, y la mayoría de mis compatriotas peruanos estaban sentados descansando. Claro que alguno que otro en alguna actividad recreativa, en una amena conversación o usado algún aparatito por ahí.
También se da este efecto, ya llaman a entrad al avión debo entrar. 🙂